conel fastidio del destino, y el mordisco lo dan otros; encías ensangrentadas, miradas de criminales, a grandes rasgos, podrías ser tú. echar el ancla a babor y de un extremo la argolla y del otro tu corazón. mientras tanto, te sangra. y el mendigo siempre a tu lado, tu compañero de viaje. cuando las estrellas se apaguen, tarde o temprano,
oZZS. 470 435 98 430 121 392 162 71 337